Citas para reflexionar...

"Una persona exitosa es la que construye un edificio sólido con los ladrillos que le van lanzando los que quieren derribarla"
[David Brinkley].

8 de diciembre de 2013

A VERY GOOD HEART: LA OTRA HISTORIA SOBRE LA MUERTE DE JOHN LENNON

Lennon firmando autógrafo
a Chapman, el asesino, horas
antes de su muerte.
El 08 de diciembre de 2005, el New York Times publicó una entrevista realizada por su periodista Corey Kilgannon al Dr. Stephen G. Lynn, el médico que atendió a John Lennon a su llegada al Roosevelt Hospital, la noche en que éste fuera baleado por el desquiciado Mark Chapman, el 08 de diciembre de 1980. En el año 2010, History Channel lanzó el documental “The Day John Lennon Died” en el cual también participa, entre otros entrevistados, el Dr. Lynn narrando lo que él vio y vivió esa fatídica noche.

La noche del 08 de octubre de 1980, dos oficiales de policía llegan a la entrada del Edificio Dakota, en New York, tras escuchar disparos. Encuentran a un hombre abatido en el suelo sobre abundante sangre. Al lado, sentado en la vereda, un tranquilo sujeto les decía –como si fuese lo más natural del mundo– que acababa de dispararle a John Lennon. En ese instante llega un patrullero que carga con el herido mientras un oficial comunica por radio al Roosevelt Hospital que llevan de emergencia a un herido de bala.

Dr. Stephan G. Lynn
En esa época, el Dr. Stephen G. Lynn tenía 33 años y era Jefe de la Sala de Emergencias del Roosevelt Hospital. Sus declaraciones en el New York Times y en el documental para History Channel narran por sí solas una historia paralela que pocos conocen. Lo que sigue es un consolidado realizado principalmente a partir de ambas declaraciones así como otras tantas recogidas por diversos medios.

“Estaba en mi casa, a eso de las 22:30 horas. Una enfermera me llamó y me dijo: ‘Doctor Lynn, recibimos una llamada de la Policía. Hay una persona herida de bala, necesitamos que regrese al hospital’. Tomé un taxi y llegué al Roosevelt antes que el herido”.

La enfermera no conocía la identidad del paciente. En realidad, cuando los policías llegaron con Lennon al hospital y dieron su nombre, muchos dudaron por un minuto que fuese el famoso ex-Beatle, ya que la sangre y su estado lo hacían poco reconocible… hasta que vieron entrar a Yoko. Eso disipó todas las dudas en la recepción. El Dr. Lynn cuenta cómo él lo reconoció.

“Pese a que yo había visto a John en fotos y vivíamos en la misma zona, no pude reconocerlo. Entró cargado por dos oficiales, y cuando lo ingresamos al cuarto de resucitación, las enfermeras le quitaron la ropa, y, al retirarle su billetera, nos dimos cuenta de que se trataba de John Lennon".

El Dr. Lynn y su equipo inmediatamente se dieron cuenta de que no tenía presión sanguínea, ni pulso, ni signos vitales. En la entrevista para el New York Times y en el documental el Dr. Lynn narra acerca de cómo, pese al cuadro que enfrentaban, él y su equipo lucharon por resucitar al ex-Beatle.

“Todo ocurrió en el transcurso de 15 minutos (…). No había presión arterial, no tenía pulso y estaba muy pálido. Abrí el pecho de John Lennon y constatamos que la mitad izquierda estaba inundada con sangre de su cuerpo, literalmente tuve su corazón en mis manos. El corazón estaba vacío cuando empecé a bombearlo. Vimos que había perdido toda la sangre, y que tenía un tremendo daño en sus vasos sanguíneos. Iniciamos el proceso de transfusión sanguínea, pero sabíamos que las posibilidades eran escasas. No había manera de reparar los vasos sanguíneos dañados. Tenía una increíble cantidad de orificios. Hicimos transfusiones de sangre, masajes cardíacos y aplicamos todas las técnicas del momento, pero sin resultados. (…) Treinta años después, te lo digo: siempre supe qué hacer y cómo. Esa noche, fui asistido por dos médicos, y atendimos al paciente sin pensar en absoluto en su fama. Una vez que John fue declarado muerto, aproximadamente a las 23:15, todos en el Sala de Emergencias nos detuvimos, respiramos y -sólo en ese momento- comprendimos que habíamos participado en un momento histórico, del modo menos deseable”.

Un hecho que estremeció y conmovió al Dr. Lynn es que, en el preciso momento en que él y su equipo médico declaraban la muerte de Lennon en el quirófano, en todos los parlantes del hospital comenzó a escucharse la canción “All My Loving”, de The Beatles.

Tiempo después, cuenta el Dr. Lynn que, por la prensa, se enteró que el asesino Champan, por lo general, era un mal tirador. Sin embargo, esa noche, sus tres disparos contra Lennon sí fueron inexorablemente letales.

“Las balas fueron sumamente precisas (…). Incluso si le hubiesen disparado en medio de un quirófano, rodeado por cirujanos listos para tratarlo, tampoco hubiese sobrevivido a tales heridas”.

El Dr. Lynn no era un fanático de The Beatles o de Lennon pero conocía de su fama. Sabía que, en sus visitas a los EE.UU. en los 60s durante la época conocida como “la Beatlemanía”, gente inescrupulosa robaba artículos, prendas y utensilios de los hoteles donde se hospedaban o de los lugares que visitaban los Beatles, para coleccionarlos o venderlos. Por esa razón, de manera inmediata, tomó una medida radical.

“Todos los utensilios utilizados durante la cirugía que le practicamos fueron cuidadosamente puestos bajo protección: sábanas, toallas, todo. No sé específicamente si fueron destruidos con el tiempo, pero al menos sí fueron protegidos para que no fuesen usados de modo indebido. Pedí enfáticamente a todo el personal de Emergencias que si tenían manchas de sangre de Lennon en su ropa o batas, no hicieran nada antiético. Nos empeñamos en proteger su confidencialidad en todo momento. Un periódico publicó la foto de Lennon muerto, pero aclaro que no fue tomada en el hospital, sino posteriormente, en la morgue. Su privacidad no fue vulnerada por mi personal. Siempre supimos qué hacer”.

Weiss y el Dr. Lynn, recordando
Otro testigo involuntario de lo que ocurría en el hospital fue el periodista Alan J. Weiss, conductor del programa Eyewitness News, de la cadena ABC, quien había sido internado previamente debido a un accidente en motocicleta. Mientras una turba de periodistas estaba en la puerta del hospital pugnando por conseguir información, él vio el ingreso de Lennon al quirófano, y supo de primera mano sobre su deceso. Lo que cuenta el Dr. Lynn deja mal parado al mencionado periodista.

“Tuve que anunciarle a Yoko Ono la muerte de su esposo (…) cuando se lo dije, Yoko se descontroló, comenzó a sollozar gritando: ‘¡Oh, no, no, no, no ... dime que no es verdad, estás mintiendo, él está bien, yo lo ví con vida…!’. Se recostó en el suelo y comenzó a golpear su cabeza contra el piso, y sólo se calmó cuando una enfermera le se acercó a entregarle el anillo de bodas de Lennon. En ese instante, mostró una actitud que me sorprendió. Me dijo: ‘Por favor, todavía no haga el anuncio a la prensa, Sean (su hijo) está solo en el departamento, no quiero que se entere de la muerte de su padre por la televisión, quiero ser yo quien le dé la noticia’. Seguidamente, salió del hospital. Como había visto al periodista Alan Weiss, me acerqué y le comuniqué el deseo de Yoko Ono. Él prometió que respetaría su voluntad”.

Fuente: YouTube
Sin embargo, Weiss no respetó su promesa y se comunicó con su cadena telefónicamente a contar los hechos. En dicho momento, se transmitía un partido de football americano. En medio de la narración del partido, los locutores Howard Cosell y Frank Gifford leen un papel que le alcanzan y ellos mismos se perturban con la noticia (el audio es famoso, se puede ver y escuchar en YouTube). Desde ese momento, la programación es cortada para cubrir la noticia de la muerte de Lennon. Los periodistas de los demás medios, apostados en la puerta del hospital, se enterarían de la muerte de Lennon por ABC.

Posteriormente, esa misma noche en conferencia de prensa, el Dr. Lynn declararía de manera escueta: “John Lennon fue trasladado a nuestra sala de emergencias poco antes de las 11 p.m. Cuando llegó, ya estaba muerto”.

Los que vean o han visto el documental, advertirán que si bien en él participan muchos otros entrevistados con más protagonismo (incluyendo a la misma Yoko Ono), éste finaliza con unas palabras del Dr. Lynn que llevan a la reflexión.

Fuente: YouTube
“John Lennon’s heart looked just like everybody else’s heart, and unfortunately, at the moment that I found it, it was empty… and devoid of blood… and lifeless… and not beating… but it was a very good heart”.

Traducción:
“El corazón de John Lennon se veía como el corazón de todos los demás, y por desgracia, en el momento en que lo encontré, estaba vacío… y carente de sangre… y sin vida… y no latía... pero fue un muy buen corazón”.

Lima, 08 de diciembre de 2013.



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