Lennon firmando autógrafo a Chapman, el asesino, horas antes de su muerte. |
El 08 de diciembre de 2005, el New York Times publicó una
entrevista realizada por su periodista Corey Kilgannon al Dr. Stephen G. Lynn,
el médico que atendió a John Lennon a su llegada al Roosevelt Hospital, la
noche en que éste fuera baleado por el desquiciado Mark Chapman, el 08 de
diciembre de 1980. En el año 2010, History Channel lanzó el documental “The Day John Lennon Died” en el cual
también participa, entre otros entrevistados, el Dr. Lynn narrando lo que él
vio y vivió esa fatídica noche.
La noche del 08 de octubre de 1980, dos oficiales de policía
llegan a la entrada del Edificio Dakota, en New York, tras escuchar disparos. Encuentran
a un hombre abatido en el suelo sobre abundante sangre. Al lado, sentado en la
vereda, un tranquilo sujeto les decía –como si fuese lo más natural del mundo–
que acababa de dispararle a John Lennon. En ese instante llega un patrullero
que carga con el herido mientras un oficial comunica por radio al Roosevelt
Hospital que llevan de emergencia a un herido de bala.
Dr. Stephan G. Lynn |
En esa época, el Dr. Stephen G. Lynn tenía 33 años y era
Jefe de la Sala de Emergencias del Roosevelt Hospital. Sus declaraciones en el
New York Times y en el documental para History Channel narran por sí solas una
historia paralela que pocos conocen. Lo que sigue es un consolidado realizado principalmente
a partir de ambas declaraciones así como otras tantas recogidas por diversos medios.
“Estaba en mi casa, a eso de las 22:30 horas. Una enfermera me llamó y me
dijo: ‘Doctor Lynn, recibimos una llamada de la Policía. Hay una persona herida
de bala, necesitamos que regrese al hospital’. Tomé un taxi y llegué al
Roosevelt antes que el herido”.
La enfermera no conocía la identidad del paciente. En
realidad, cuando los policías llegaron con Lennon al hospital y dieron su
nombre, muchos dudaron por un minuto que fuese el famoso ex-Beatle, ya que la
sangre y su estado lo hacían poco reconocible… hasta que vieron entrar a Yoko.
Eso disipó todas las dudas en la recepción. El Dr. Lynn cuenta cómo él lo
reconoció.
“Pese a que yo había visto a John en fotos y vivíamos en la misma zona,
no pude reconocerlo. Entró cargado por dos oficiales, y cuando lo ingresamos al
cuarto de resucitación, las enfermeras le quitaron la ropa, y, al retirarle su billetera,
nos dimos cuenta de que se trataba de John Lennon".
El Dr. Lynn y su equipo inmediatamente se dieron cuenta de
que no tenía presión sanguínea, ni pulso, ni signos vitales. En la entrevista
para el New York Times y en el documental el Dr. Lynn narra acerca de cómo,
pese al cuadro que enfrentaban, él y su equipo lucharon por resucitar al ex-Beatle.
“Todo ocurrió en el transcurso de 15 minutos (…). No había presión
arterial, no tenía pulso y estaba muy pálido. Abrí el pecho de John Lennon y constatamos
que la mitad izquierda estaba inundada con sangre de su cuerpo, literalmente
tuve su corazón en mis manos. El corazón estaba vacío cuando empecé a
bombearlo. Vimos que había perdido toda la sangre, y que tenía un tremendo daño
en sus vasos sanguíneos. Iniciamos el proceso de transfusión sanguínea, pero
sabíamos que las posibilidades eran escasas. No había manera de reparar los
vasos sanguíneos dañados. Tenía una increíble cantidad de orificios. Hicimos
transfusiones de sangre, masajes cardíacos y aplicamos todas las técnicas del
momento, pero sin resultados. (…) Treinta años después, te lo digo: siempre
supe qué hacer y cómo. Esa noche, fui asistido por dos médicos, y atendimos al
paciente sin pensar en absoluto en su fama. Una vez que John fue declarado
muerto, aproximadamente a las 23:15, todos en el Sala de Emergencias nos
detuvimos, respiramos y -sólo en ese momento- comprendimos que habíamos participado
en un momento histórico, del modo menos deseable”.
Un hecho que estremeció y conmovió al Dr. Lynn es que, en el
preciso momento en que él y su equipo médico declaraban la muerte de Lennon en
el quirófano, en todos los parlantes del hospital comenzó a escucharse la
canción “All My Loving”, de The
Beatles.
Tiempo después, cuenta el Dr. Lynn que, por la prensa, se
enteró que el asesino Champan, por lo general, era un mal tirador. Sin embargo,
esa noche, sus tres disparos contra Lennon sí fueron inexorablemente letales.
“Las balas fueron sumamente precisas (…). Incluso si le hubiesen
disparado en medio de un quirófano, rodeado por cirujanos listos para tratarlo,
tampoco hubiese sobrevivido a tales heridas”.
El Dr. Lynn no era un fanático de The Beatles o de Lennon
pero conocía de su fama. Sabía que, en sus visitas a los EE.UU. en los 60s
durante la época conocida como “la Beatlemanía”, gente inescrupulosa robaba
artículos, prendas y utensilios de los hoteles donde se hospedaban o de los lugares
que visitaban los Beatles, para coleccionarlos o venderlos. Por esa razón, de
manera inmediata, tomó una medida radical.
“Todos los utensilios utilizados durante la cirugía que le practicamos
fueron cuidadosamente puestos bajo protección: sábanas, toallas, todo. No sé
específicamente si fueron destruidos con el tiempo, pero al menos sí fueron protegidos
para que no fuesen usados de modo indebido. Pedí enfáticamente a todo el personal
de Emergencias que si tenían manchas de sangre de Lennon en su ropa o batas, no
hicieran nada antiético. Nos empeñamos en proteger su confidencialidad en todo
momento. Un periódico publicó la foto de Lennon muerto, pero aclaro que no fue
tomada en el hospital, sino posteriormente, en la morgue. Su privacidad no fue
vulnerada por mi personal. Siempre supimos qué hacer”.
Weiss y el Dr. Lynn, recordando |
Otro testigo involuntario de lo que ocurría en el hospital
fue el periodista Alan J. Weiss, conductor del programa Eyewitness News, de la
cadena ABC, quien había sido internado previamente debido a un accidente en motocicleta.
Mientras una turba de periodistas estaba en la puerta del hospital pugnando por
conseguir información, él vio el ingreso de Lennon al quirófano, y supo de
primera mano sobre su deceso. Lo que cuenta el Dr. Lynn deja mal parado al
mencionado periodista.
“Tuve que anunciarle a Yoko Ono la muerte de su esposo (…) cuando se lo
dije, Yoko se descontroló, comenzó a sollozar gritando: ‘¡Oh, no, no, no, no
... dime que no es verdad, estás mintiendo, él está bien, yo lo ví con vida…!’. Se recostó en el suelo y
comenzó a golpear su cabeza contra el piso, y sólo se calmó cuando una
enfermera le se acercó a entregarle el anillo de bodas de Lennon. En ese instante,
mostró una actitud que me sorprendió. Me dijo: ‘Por favor, todavía no haga el anuncio
a la prensa, Sean (su hijo) está solo en el departamento, no quiero que se
entere de la muerte de su padre por la televisión, quiero ser yo quien le dé la
noticia’. Seguidamente, salió del hospital. Como había visto al periodista Alan
Weiss, me acerqué y le comuniqué el deseo de Yoko Ono. Él prometió que
respetaría su voluntad”.
Fuente: YouTube |
Sin embargo, Weiss no respetó su promesa y se comunicó con
su cadena telefónicamente a contar los hechos. En dicho momento, se transmitía
un partido de football americano. En medio de la narración del partido, los locutores Howard Cosell y Frank Gifford leen un papel que le alcanzan y ellos mismos se perturban con la noticia (el
audio es famoso, se puede ver y escuchar en YouTube). Desde ese momento, la
programación es cortada para cubrir la noticia de la muerte de Lennon. Los periodistas
de los demás medios, apostados en la puerta del hospital, se enterarían de la
muerte de Lennon por ABC.
Posteriormente, esa misma noche en conferencia de prensa, el
Dr. Lynn declararía de manera escueta: “John
Lennon fue trasladado a nuestra sala de emergencias poco antes de las 11 p.m. Cuando
llegó, ya estaba muerto”.
Los que vean o han visto el documental, advertirán que si
bien en él participan muchos otros entrevistados con más protagonismo (incluyendo
a la misma Yoko Ono), éste finaliza con unas palabras del Dr. Lynn que llevan a
la reflexión.
Fuente: YouTube |
“John Lennon’s heart looked just like everybody else’s heart, and
unfortunately, at the moment that I found it, it was empty… and devoid of blood…
and lifeless… and not beating… but it was a very good heart”.
Traducción:
“El corazón de John Lennon se veía
como el corazón de todos los demás, y por desgracia, en el momento en que lo
encontré, estaba vacío… y carente de sangre… y sin vida… y no latía... pero fue
un muy buen corazón”.
Lima, 08 de diciembre de 2013.
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