Citas para reflexionar...

"Una persona exitosa es la que construye un edificio sólido con los ladrillos que le van lanzando los que quieren derribarla"
[David Brinkley].

29 de diciembre de 2012

MI HISTORIA "POST-NAVIDAD" 2012 (EL EPÍLOGO)

Pichón tratando de salir de su "cuna".
Como adelanté en mi publicación del 25 de diciembre pasado, mi Navidad tuvo como protagonistas a dos abandonados pichones de paloma, recién nacidos.

Los días posteriores no han sido fáciles, especialmente para mi esposa. Yo ayudaba para darles de comer temprano antes de salir a la oficina, y al retornar a casa en la noche. Pero Malena se las tenía que arreglar sola para darles de comer 2 veces durante el día. Labor nada fácil, para la cual sólo se requiere extrema paciencia y sumo cuidado. Mis respetos por su dedicación y éxito comprobados.

Mis eternos amigos.
Por mi parte, estos tres últimos días hábiles del año han sido los más agitados en la oficina, cosa usual ya que se cierra el año fiscal y legal. Logré hacer frente a esa presión gracias a mis 4 amigos de siempre que, al salir por las mañanas, me animaban con "1-2-3-4! Well, she was just 17, you know what I mean, and the way she looked was way beyond compare..."; y cada noche, al salir, iniciábamos el retorno a casa cantando "It's been a hard day's night, and I've been working like a dog...".

Tras una muy recargada mañana de viernes, y luego del brindis por Fin de Año con mi socio y nuestro excelente equipo de trabajo de la oficina, partí a comprar una licuadora (pequeño detalle: por una desconocida razón, nuestra licuadora murió la noche del jueves, preparando la última ración de papilla a base de maíz y agua). No voy a hacer propaganda a marca alguna, sólo diré que, en mi caso, comprar una licuadora es como comprar un taladro: debe tener un sólido cuerpo de metal, gran potencia, efectividad, y durabilidad. Las demás son juguetes.

En fin, la papilla de la noche del viernes estaba asegurada. Al llegar a casa, mi esposa me contó las novedades: el más pequeñito se había convertido en el más movido, y a su vez, en el más despierto. El más grandecito es más calmado, y si bien ambos pían de tanto en tanto, el pequeñín yergue su cabeza entre las frazaditas, curioseando. La mañana de hoy, por ejemplo, el chiquitito se había escapado de su "cuna", y estaba merodeando a escasos centímetros de la misma, cosa sorprendente, porque todavía no puede sostenerse sobre sus propias patitas.

Los Especialistas.
Así empezó el primer día de mi primer fin de semana verdaderamente libre, desde hace mucho tiempo. Luego de compartir un ligero desayuno y de hacer una rápida revisión de las noticias, nos preparamos para nuestra visita al Dr. Plumas. Blanquín y Azulín, nuestros periquitos, debían terminar el año con su chequeo de rutina, control de peso y desparasitación. Los pichones, por su parte, iban a ser examinados para ver sus reales condiciones, y recibir consejos de cómo cuidarlos hasta que pudiesen valerse por sí mismos, y partir con sus congéneres.

La veterinaria estaba repleta, pese a lo cual, logramos la atención debida. He aquí el resultado de la consulta sobre los pichones:
Con la papilla nueva, alimentarlos será más sencillo.
- La doctora, muy experta en su profesión, nos indicó que los pichones eran tan pequeños que no podían tener más de semana y media de nacidos. Es decir, que cuando los rescatamos, apenas tendrían 4 días de nacidos, en el mejor de los casos.
- Si bien la papilla de maíz no estaba mal, era mejor darles una papilla especial con nutrientes (algo así como los comerciales de las leches con DHA y demás siglas). Dicha papilla tiene la consistencia de un yogurt y puede ser suministrada con una jeringa (que simula el pico de la madre), cosa que facilita enormemente su alimentación. Nuestra papilla de maíz, por ser grumosa, no iba nunca a poder pasar por la jeringa.
- Los pichones se encontraban en buen estado de salud, buen peso. Sin embargo, para desparasitarlos, era necesario que desarrollaran el plumaje de manera completa. Aunque no necesitan ser desparasitados, porque aparentemente por su condición de recién nacidos, no muestran algún virus, bacteria, bichitos o similares.

Bueno, aqui vienen las noticias más impactantes:
- Debido a su muy corta edad, se han acostumbrado al contacto con la mano y le han perdido el temor al ser humano.
- Eso significa que, en principio, al crecer, no podrían integrarse a una bandada, o no les sería sencillo.
- En estado natural, con una mamá paloma, un pichón puede desarrollar plumaje y ser un "pichón viable", en un mes y días. En cautiverio, por más cuidados que les demos, el tiempo que ello tomará es de 03 meses aproximadamente.

Sin comentarios.
En conclusión: nuestra familia ha crecido con dos nuevos miembros... al menos durante los siguientes 03 meses. La doctora nos comentó que, si los sacamos a un jardín o azotea y los dejamos tranquilos por un par de horas, pueden tener contacto con sus congéneres, y, tal vez, logren integrarse a una bandada. Siempre existe alguna posibilidad. De lo contrario, o los damos en adopción a alguien que desee tenerlos, o los podemos tener en casa, porque, a decir de ella, "son como perritos", es decir, se acostumbran a uno, te siguen, se paran en tu hombro, etc. Tal comentario me hizo recordar las películas animadas de Disney, cosa que me perturbó porque no me veía (ni me veré) cantando "bibidi-bibadi-bibú", ni nada por el estilo.

Lo importante: nuestros periquitos Blanquín y Azulín no han mostrado signos de celos. Más bien parecen preocupados y están atentos a lo que hacen los pichones, porque creo que comprenden que se trata de bebés en desamparo. No sé si todo seguirá así cuando los pichones crezcan, pero considero que no me debo estresar, tenemos el verano para ver cómo se muestran las cosas. Cada cosa, en su momento, idea que logra que la perturbadora escena Disney sea sustituida por esta conocida canción de The Byrds.

Turn, turn Turn! (1965), The Byrds

Ese es el epílogo provisional del caso de los pichones. Como solía decir mi recordada abuelita, "por algo ocurren las cosas". Mañana será otro día..., pasado mañana será Nochevieja, y luego, Año Nuevo.

Lima, 29 de diciembre de 2012.

P.S.: Como siempre, reconozco todos los derechos de autor de The Beatles, The Byrds, Disney, y de cualquier otra fuente, las que son aludidas únicamente con fines informativos, sin ánimo de lucro, lo cual es permitido por la legislación peruana.

MI HISTORIA DE NAVIDAD 2012 - OTRA HISTORIA REAL

El cumpleañero.
Este ha sido un año peculiar. A diferencia de otros, esta Navidad no hice una publicación previa en mi Blog. Tampoco mandé un saludo con antelación. La razón: Han sido días de mucha carga en la oficina, lo cual me llevó a trabajar la mañana del sábado 22 y preparar una serie de documentos el domingo 23 para 2 reuniones programadas para la mañana del 24. Afortunadamente, mi esposa y yo logramos arreglar y decorar la casa la madrugada de 24 (incluyendo instalación y adorno del árbol, el armado de nuestros 02 nacimientos, colocación de las cascadas de luces en la azotea, decoración de la jaula de nuestros periquitos, y luces en el pasamanos de la escalera que llega al departamento). Y, bueno, hacer las últimas compras navideñas al mediodía del 24 no fue nada simpático.

Nido construido en lugar estratégico, fuera de mi balcón
Pero lo anterior no es la historia que deseo compartir (ahora que lo pienso, más parece una lista de quejas). La verdadera historia empieza así: Hace dos semanas, mientras mi esposa acomodaba las plantas del departamento, salió al balcón y en una de las esquinas, por la parte exterior, advirtió el nido construido por una pareja de palomas. La hembra estaba empollando 2 huevos, mientras el macho llegaba cada cierto tiempo a darle alimento y a vigilar el nido. No era la primera vez que mi esposa -y yo por accesión- nos involucrábamos en una experiencia así. Sin poder colocar la planta deseada en ese espacio, Malena optó por cuidar a la feliz pareja de futuros padres, pero con cautela y a distancia, para no asustarlos.

La semana anterior a la Navidad, los dos pichones nacieron. Los padres se turnaban para ir a buscar comida. Todo estaba así, hasta que la noche del 23, mientras estábamos ordenando y adornando la casa, mi esposa manifestó estar preocupada porque ese día por la mañana, un grupo de niños se paseó por el vecindario manipulando pirotécnicos, lo que generó que las palomas se asustaran y volaran, sin retornar. Ya era de noche, no podíamos ver el nido, y acercar una linterna hubiese asustado a los padres palomos, en caso hubiesen retornado. Como no escuchamos ruido alguno, concluimos en que, si nos padres no hubiesen retornado, los pichones hubiesen estado llorando.

Los recién nacidos, rescatados.
Al día siguiente, 24 de diciembre, salí muy temprano a la oficina. Terminada mi última reunión, llamé a casa antes de zambullirme en las hordas descontroladas de algún emporio comercial para terminar las compras navideñas. Malena me dijo que estaba preocupada porque no había visto a los padres palomos, y que los pequeños habían estado piando desde muy temprano. Aparentemente, habían pasado la noche solos, dándose calor uno al otro. Le dije que esperemos, ya que tal vez los padres habían llegado y habían vuelto a salir a buscar comida.

Luego de hacer las compras, fui a recoger a mis padres, quienes pasaron la Navidad con nosotros. Llegamos a la casa para el almuerzo, y entre tertulia y algunos ajustes navideños a las luces y al nacimiento con ayuda de mi papá, pasó la hora. Eran las 6:30 p.m. aproximadamente cuando mi mamá, a quien Malena le contó lo de los pichones, se asomó al balcón y me dijo que estaban solos y piando. Eso terminó por convencerme: Todos sabemos que las aves de la calle suelen dormir temprano, alrededor de las 4 y 5 p.m. Definitivamente, a las 6:30, los padres palomos tendrían que haber retornado. Ello sólo significaba que los pequeños se habían quedado solos.

Los motivos pueden ser diversos: los cohetecillos pudieron haberlos asustadoy desorientado, o en la huida pudieron ser presas de gatos o de los propios pirotécnicos, etc. Pero ése no es el punto. El problema era que 2 pequeños pichones de paloma habían quedado solos, y aquella tarde en La Molina, el clima se había mostrado particularmente sombrío y hasta con garúa. Además, si los padres palomos no habían retornado desde la mañana del 23, ello significaba que los pequeños no comían desde el día anterior. En realidad, el frío pudo haberlos matado, pero al ser 2 hermanitos, ambos se dieron calor mutuamente.

Mi padre me enseñó algo importante: ante un problema, dejemos el lamento y la búsqueda de culpables o de explicaciones a un lado. Lo que se necesita es una solución. Y eso hicimos: yo me fui a buscar maíz, mientras mi padre, mi esposa y mi mamá hacían maniobras para alcanzar el nido y rescatar a los polluelos.

Preparando a uno de los pichones, para comer.
Al retornar con el maíz (compré 3 tipos, porque no sabía cuál era el correcto), los pequeñines ya estaban instalados en una caja de zapatos forrada con una mantita polar. Mi padre (que a lo largo de su vida ha sido boxeador, nadador, marino, electricista, cocinero, etc., cultivando numerosas y valiosas experiencias) dirigió a mi esposa en el proceso de molienda del maíz. La mezcla de granos molidos con poca agua se convirtió en comida. El problema ahora era lograr que comieran. Mi padre, con absoluta destreza, les abrió el pico mientras mi esposa depositaba la comida. Estaban famélicos y sedientos. Como todo bebé pequeño, lo que más necesitaban era comer y dormir. Y eso es lo que tuvo ocupados la Nochebuena y este Día de Navidad.

No puedo calificar de “regalo” la llegada de estos dos pequeños, por las trágicas circunstancias de su abandono. Pero sí han sido toda una experiencia navideña. Nuestros periquitos no han mostrado signos de celos o de recelos, parecen comprender que debemos asistir y cuidar a los pichones que apenas están cubiertos con pelusas y cañoncitos que con el tiempo se convertirán en plumas.

El más pequeño es el más movido.
Sabemos que crecerán rápido, y que llegado el momento, deberán partir (algo en lo que, desde ya, vengo concientizando a mi esposa, porque es la naturaleza de las palomas, pretender conservarlos o encerrarlos iría contra dicha naturaleza). Entre tanto, debemos alimentarlos 4 veces al día y procurarles calor. El sábado veremos de llevarlos al Dr. Plumas para que los examinen y vean cómo van.

Tras la última ración, los hicimos dormir. Luego, empezó nuestra cena navideña. Mis padres saludaron a mis hermanas por el VideoChat de Facebook. A la medianoche oramos junto al nacimiento y le cantamos “Cumpleaños Feliz” al agasajado. Tras ello, disfrutamos de una grata "externalidad positiva": un asombroso espectáculo de fuegos artificiales sobre toda La Molina, desde el balcón de mi casa.

Breve muestra de los fuegos artificiales desde mi balcón

Blanquín y Azulín.
Con las emociones del día, nos acordamos de los regalos recién al mediodía de hoy, 25 de diciembre, debido a una cuestión “periquitil”: mi mamá se acordó de que tenía consigo el regalo de Navidad para nuestros periquitos: 2 mazorcas de un muy jugoso choclo serrano, el mejor regalo que han recibido. Luego del momento de los regalos y de la muy amena terturlia, dejamos a mis padres en su casa después del almuerzo, retornamos a seguir atendiendo a los recién nacidos, nos enganchamos a la maratón de The Big Bang Theory, y he hecho un alto a un escrito de demanda que estoy elaborando para mañana, para redactar esta historia.

Esta ha sido mi inusual Navidad 2012. Muchas gracias, Dios, porque me has regalado experiencias curiosas y nuevas, y por recordarme de esa manera que la Navidad, como nacimiento, a fin de cuentas es la celebración de la Vida.

Lima, 25 de diciembre de 2012.