Citas para reflexionar...

"Una persona exitosa es la que construye un edificio sólido con los ladrillos que le van lanzando los que quieren derribarla"
[David Brinkley].

18 de noviembre de 2008

La Tarea de Reformar el Estado, según el Sr. Miyagui

Aquellos coetáneos recordarán de los 80s la escena en la película “The Karate Kid”en la que el Sr. Miyagui le enseña a Daniel San a cortar un bonsai, indicándole que cierre los ojos y que imagine cómo sería el árbol ideal. Luego le dice que abra los ojos, que mantenga la imagen en la mente, y que la utilice como modelo. Daniel San le pregunta cómo saber si su imagen es la correcta. Entonces, el Sr. Miyagui le responde que si la imagen proviene de su interior, siempre será la correcta. No voy a discutir sobre el sentido metafísico de dicha respuesta. Pero, si lo pensamos bien, un texto constitucional no es otra cosa que un modelo de cómo deseamos que sea una sociedad y su Estado.

En los cursos de Organización del Estado y de Derechos Fundamentales, habrán notado que existen una serie de propuestas y alternativas de modelos constitucionales. Sin embargo, cuando hablamos de reformas en los claustros universitarios existe el enorme riesgo de caer en lo romántico absoluto. Y cuando se trata el problema en el mundo exterior, ya sea en el rol de consultor o funcionario, se cae en el riesgo de los parches del momento (deformado muchas veces por el componente político). Con respecto al segundo escenario, ustedes lo entenderán mejor hojeando El Peruano. Así que me centraré en el primero.


Cuando el año pasado tuve el honor de participar el debate estudiantil denominado “Unicameralidad vs. Bicameralidad” organizado por la Asociación Civil Corpus Iuris, los participantes empezaron peligrosamente indicando que un modelo era más democrático que el otro. Este error puede duplicarse en cualquier debate sobre reforma del Estado. En realidad, tanto la Unicameralidad como la Bicameralidad pueden operar en regímenes democráticos. El problema consiste en definir el modelo de Estado que deseamos armar. Preguntémonos: ¿qué tipo de Estado queremos tener? ¿Qué tipos de funciones debe cumplir? ¿Cómo puede hacer mejor (más eficiente) tales funciones? ¿Cómo concordar la eficiencia con los derechos fundamentales? ¿Qué ajustes deben hacerse?
La tarea de reformar el Estado no puede partir con soluciones del momento o calificando tal o cual herramienta (Bicameralidad vs. Unicameralidad, por ejemplo) ya que las herramientas sólo encuentran sentido en función a los modelos previamente definidos. Como diría Lewis Carrol, debemos empezar por el principio. Empezar por definir los lineamientos principales, las estrategias genéricas, los objetivos, la visión y la misión del Estado como un conjunto, y sólo después de ello, podremos escoger las herramientas necesarias en cada área temática. Visto así, todavía no hemos empezado.

circa Enero, 2006.
Publicado por la Asociación Civil "Corpus Iuris"

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