Citas para reflexionar...

"Una persona exitosa es la que construye un edificio sólido con los ladrillos que le van lanzando los que quieren derribarla"
[David Brinkley].

11 de junio de 2011

Cuidado con las Falacias (alguna lección nos deben dejar los vaivenes políticos)

Las elecciones presidenciales han concluido y más allá de los resultados y de haber tenido que elegir entre el salto al vacío y el salto para atrás, alguna cosa buena debemos aprender (aplicando la política carpe diem). Es así que, de mis memorias de estudiante universitario, (y más concretamente, de lectura que hiciera de la 7ma edición en español, de 1967, que había en la Biblioteca Central de la PUCP) evoco el Capítulo III denominado “Falacias No Formales”.

Cabe precisar que, allá por el año 1953, en su calidad de Profesor de la Universidad de Illinois, Mr. Irwin Marmer Copi (de apellido original Copilovich) lanzó su clásico y fundamental libro “Introducción a la Lógica”, el cual muchos que hemos pasado por las aulas universitarias nos hemos visto en la urgencia de leer para algún control de lecturas. La lectura que evoco es una que nunca pierde vigencia y que, a mi humilde entender, debiera ser obligatoria en los colegios, incluso desde primaria. Ello contribuiría no sólo a evitarnos desencantos sino, además, a fomentarnos una mayor responsabilidad y comprensión respecto de nuestras expresiones y las de terceras personas, y de paso, nos habilitaría a tomar mejores (o, al menos, más informadas) decisiones en los aspectos personales, familiares, profesionales, políticos, sentimentales, económicos, académicos, etc.

No voy a transcribir el capítulo entero, en realidad, sólo transmitiré las ideas que contiene, a manera de resumen y comentario. Y dice así:

Concepto de Falacia
En primer lugar, Copi define las falacias como un “razonamiento incorrecto” pero que “parece correcto”.

Optimistamente, Copi considera que si conocemos las falacias, ello impedirá que seamos engañados por ellas. En realidad, creo que conociendo las falacias, haremos más difícil que nos engañen, pero, en fin, es muy probable que, dependiendo de las circunstancias que afrontemos, podamos caer mansamente en algunas (la vida política de nuestro país en los últimos meses, tanto en las elecciones municipales como en las presidenciales, me releva de mayores comentarios). Si bien Copi considera dos grandes tipos de falacias (las formales y las no formales), el capítulo al que me refiero se centra en las falacias no formales, que, a mi criterio, son las más llamativas, ya que se presentan de manera más cotidiana. 

En fin, Copi identifica 15 tipos de Falacias No Formales, agrupadas en dos bloques:

BLOQUE I: LAS FALACIAS DE ATINGENCIA
La atingencia es llegar a una conclusión que no guardan ninguna relación con las premisas o supuestos, pero que por algún efecto “psicológico”, nos hace pensar que sí existe conexión.

Primera Falacia: La Conclusión Inatingente:
Se utiliza un argumento que sirve para probar una determinada cosa “A”, para probar otra cosa “Z”.
Ejemplo 1: En una campaña electoral, un candidato lanza una propuesta para crear un programa pensionario denominado “Pensión 65”. El candidato basa toda la fuerza de su argumento en que “todos tenemos derecho a una pensión digna”. Este argumento es falaz porque si bien nadie está en contra de que todos tengan una pensión digna, eso NO significa que su propuesta específica sea viable de manera técnica o financiera.
Ejemplo 2: En un proceso penal por homicidio, el Fiscal basa toda su acusación en que “el homicidio es un delito grave y debe ser duramente castigado”. Nadie se opone a sancionar severamente cualquier homicidio, pero de esa idea no se puede concluir que el acusado sea culpable. 


Segunda Falacia: El Argumentum Ad Baculum (o Apelación a la Fuerza)
Es realizar una amenaza (sutil o directa) contra el opositor con quien se discute, para descalificar su posición. En realidad, no existen argumentos, sólo existe la pura fuerza, la pura amenaza.
Ejemplo 1: En el marco de la Cumbre del ALCUE en el año 2008 en Lima - Perú, cierto presidente latinoamericano de un país petrolero inició su alocución sin saludar ni nada, con una simple frase acompañada de una mirada burlona: “Subió el petróleo”. Con ello trataba de transmitir la idea de que no importaba qué se quería discutir en la cumbre, porque a fin de cuentas él tenía en sus manos el futuro abastecimiento petrolero de varios de los presentes, y por tanto podía imponer su posición si quería.
Ejemplo 2: Como narra Haay Hopkins (citado por Copi) al final de la Segunda Guerra  Mundial, en la Cumbre de Yalta, Sir Winston Churchill (Primer Ministro Británico) informó a los demás que el Papa sugería seguir tal o cual curso de acción, ante lo cual el dictador soviético Stalin exclamó: "¿Y cuántas divisiones dice Ud. que tiene el Papa para el combate?"

Tercera Falacia: El Argumentum Ad Hominem “Ofensivo”
También es un argumento muy común: en lugar de refutar ideas, se ataca a la persona del oponente.
Ejemplo 1: Un candidato presidencial, en un debate, descalifica las propuestas de su opositora, por el simple hecho de ser descendiente de un ex-presidente de conducta inmoral, sin refutar su ideas o propuestas de manera técnica.
Ejemplo 2: Un sindicato rechaza una propuesta de solución por parte del Gobierno, alegando que es una propuesta “neoliberal del capitalismo salvaje”, en lugar de demostrar la inviabilidad técnica y/o política de la medida o de proponer otras alternativas.

Cuarta Falacia: El Argumentum Ad Hominem “Circunstancial”
Aquí no existe un ataque a la persona de manera directa, sino que se trata de “obligar” al interlocutor a aceptar una idea, apelando a sus “especiales circunstancias”, que no le dejarían más alternativa que aceptar lo que se quiere imponer. Veamos algunos ejemplos:
Ejemplo 1: Un candidato “Alejandro” que va cayendo en las encuestas y que ya no tiene opciones para la segunda vuelta, le dice a otro candidato “Pedro” (que va en ascenso) que se retire de la contienda. Su argumento central es que “si de verdad Pedro es un demócrata”, entonces para “defender la democracia”, Pedro tiene que declinar su candidatura en favor de “Alejandro”.
Ejemplo 2: Una agrupación señala que “si de verdad respetamos los derechos humanos”, debemos votar viciado o en blanco en las próximas elecciones. Lo correcto sería analizar los escenarios y exponer las bondades y virtudes de dicha opción.

Quinta Falacia: El Argumentum Ad Ignorantiam
Es afirmar que algo es verdadero “porque nadie ha probado que es falso”. O viceversa, es afirmar que algo es falso “porque nadie ha probado que es verdadero”.

Ejemplo: Un candidato señala que deben votar por él porque mientras de su oponente hay aparentes certezas de inconductas, respecto de él “sólo existen dudas”. Esto es falaz porque lo único que señala es que a él no se le ha probado nada, lo que no significa que las acusaciones en su contra sean falsas.

Sexta Falacia: El Argumentum Ad Misericordiam
Consiste en pedir que se nos dé la razón, o que se nos crea, por pena, lástima o piedad.

Ejemplo 1: Un candidato presidencial pide que voten por él porque éste, antaño, se habría “fajado por la democracia”.
Ejemplo 2: Otro candidato presidencial pide que voten por él porque su partido “nunca ha sido gobierno”. Aunque se pretenda excusar alegando que ese argumento probaría que aparentemente “tendría las manos limpias”, lo real es que pide que se le “dé una oportunidad”.


Séptima Falacia: El Argumentun Ad Populum


Se busca dirigir un llamado emocional “al pueblo” o “a la galería” con el fin de ganar su aprobación. Se dice que esta falacia puede mezclar las anteriores. En el mundo de hoy, se usa mucho en publicidad, en marketing político, etc. 
Ejemplo 1: Se pide al público que se consuma tal o cual producto “porque es nacional”.
Ejemplo 2: Un grupo de manifestantes dice que se debe prohibir la explotación minera de “las grandes empresas transnacionales”, pero no explican cómo eso es perjudicial o no, buscando únicamente apelar a los sentimientos chauvinistas de su auditorio. 
Ejemplo 3: Un candidato pide que voten por él porque votar por él es “votar por una gran transformación” y porque “tienen su palabra” y frases similares que suenan bien pero que realmente no dicen nada concreto, ya que son meros lemas o consignas, en lugar dar argumentos y defender técnicamente sus propuestas y planes de gobierno.

Octava Falacia: El Argumentum Ad Veracundiam
Es pedir que se acepte nuestro argumento, porque tenemos el apoyo de alguna persona o autoridad reconocida, o una celebridad. El argumento es falaz porque, una vez más, no se pasa a la confrontación de ideas sino a ver cuál es apoyada por las personas más populares o influyentes. Esto es particularmente evidente cuando se apela a lo carismático o reconocido de una persona en un campo que no es su especialidad.
Ejemplo 1: Un candidato presidencial pide que voten por él porque un escritor famoso va a votar por él, o porque determinados cantantes o artistas votarán por él.
Ejemplo 2: Con relación al cultivo de productos transgénicos, cierto periodista culinario toma partido contra ello, alegando que un conocido chef está en contra. Este argumento es falaz porque el reconocido chef no necesariamente conoce de biología o de los aspectos técnicos agrícolas o médicos.

Novena Falacia: La Causa Falsa, o non causa pro causa, o post hoc ergo propter hoc
Es tomar erróneamente como causa de un hecho algo que no es su causa real. También ocurre cuando se asume que un hecho ha generado otro, sólo por haber ocurrido primero.
Ejemplo: Un congresista alega que "debido a que se ha permitido la importación de autos usados, se han incrementado los accidentes de tránsito". Sin embargo, lo real es que no existe ninguna estadística que pruebe eso y, por el contrario, la enorme mayoría de cifras del MTC (Ministerio de Transportes y Comunicaciones) revelan que las causas de los accidentes son humanas, no mecánicas.

Décima Falacia: La Pregunta Compleja
Son preguntas a las que no se puede responder con un simple “sí” o “no”, porque encierran más de una idea.
Ejemplo 1: Un periodista le pregunta a un candidato si “ya no piensa violar los derechos humanos”, o si piensa que “la mayoría de su equipo son personas honestas”. Responder sí a la primera pregunta significaría reconocer que antes sí violaba los derechos humanos; en tanto que en la segunda pregunta, responder “sí” implicaría reconocer que, como algunos de los miembros de su equipo son honestos, otros no lo son.
Ejemplo 2: Un encuestador le pregunta a un ciudadano “¿votará usted por el candidato “O” y que se defiendan los derechos humanos?”. Posiblemente uno esté de acuerdo conque se defiendan los derechos humanos, pero no necesariamente con votar por el candidato “O”.

Copi señala numerosos ejemplos similares:
  • ¿Ha abandonado Ud. sus malos hábitos?
  • ¿Ha dejado de pegarle a su mujer?
  • ¿Qué hace con el dinero que roba?
  • ¿Hasta cuándo vamos a tolerar la interferencia extranjera en nuestros intereses nacionales?
  • Una madre pregunta a su hijo si quiere portarse bien e ir a dormir.
  • ¿Fulano de Tal es un radical estrafalario o un conservador irracional?


SEGUNDO BLOQUE: FALACIAS DE AMBIGÜEDAD
Son argumentos que contienen palabras o frases ambiguas, que hacen que el significado de lo dicho varíe sutilmente.

Décimo Primera Falacia: El Equívoco
Es utilizar una palabras que tiene varios significados, y dependiendo de cada significado que se le asigne, cambia el sentido de las frases.
Ejemplo 1: "El fin de una cosa es su perfección; la muerte es el fin de la vida; por lo tanto, la muerte es la perfección de la vida". Esta idea es falaz porque se confunde los significados de la palabra “fin”.
Ejemplo 2: Mi hermana Gaby me mandó un mail con una serie de “silogismos engañosos”, uno de los cuales dice:
Dios es amor.
El amor es ciego.
Stevie Wonder es ciego.
Conclusión: ¡Stevie Wonder es Dios!
Aquí, el error radica en el significado metafórico de “ciego” en la segunda línea, mezclado con el significado literal de la palabra, en la tercera línea.


Décimo Segunda Falacia: La Anfibología
Se trata de formular un argumento con una estructura “ambigua”, de manera tal que en un significado puede ser cierto y en otro no.


Ejemplo: Un vidente reconocido dice que una Candidata “K” ganará las elecciones y que habrá un terrible terremoto en el Perú. Luego de las elecciones, un canal de tv anuncia que el vidente ha comunicado que la Candidata “K” ganará "pero nunca dijo qué elecciones, y que el terremoto al que se refería era el resultado electoral adverso a dicha candidata".


Décimo Tercera Falacia: El Énfasis
Es dar énfasis a alguna palabra o frase en un enunciado, que hace que el significado común o esperado del mismo, varíe.
Ejemplo 1: Es distinto decir “No debemos hablar mal de nuestros amigos” (frase que es aceptada por todos) que repetir la misma frase, haciendo énfasis en la parte “nuestros amigos”. Si ponemos énfasis en la pronunciación, puede interpretarse que sí podemos hablar mal de quienes no son nuestros amigos, lo que no quería decir la frase inicial.
Ejemplo 2: El candidato ganador anuncia a su equipo de transferencia. El titular de un periódico señala “¡Los primeros pasos!” y una imagen del candidato sonriente. Otro titula “¿Los Primeros Pasos?” y la imagen del candidato con gesto de dudas.
Ejemplo 3: Un reportero anuncia la llegada de un candidato al debate y dice: “el candidato parece sobrio”. Puede ser verdad que el candidato esté sobrio, pero hacer énfasis en ese hecho conlleva a los televidentes a asumir la idea de que comúnmente no lo está.

Décimo Cuarta Falacia: La Composición
Consiste en atribuir al todo la propiedad de una de las partes. O considerar un efecto aislado para generalizarlo.
Ejemplo 1: “Todos los parlamentarios del partido “N” son narcos porque la congresista “X”, de dicho partido, es narco”. Esta idea es falaz porque los demás congresistas de dicho partido pueden ser probos, o pueden ser “comepollos”, “robaluz”, “mataperros”, etc.
Ejemplo 2: “Un supermercado vende 1000 veces más que una bodega. En consecuencia, la mayor cantidad de bienes en nuestro país lo venden los supermercados”. Este argumento es falaz porque, si bien la primera parte parece cierta, para llegar a la conclusión, tenemos que ver cuántos supermercados y cuántas bodegas hay. Tal vez existan 1000 bodegas por cada supermercado, lo que cambiaría la ecuación.

Décimo Quinta Falacia: La División
Es lo inverso de la falacia de composición: se atribuye a una parte el atributo del todo. 
Ejemplo 1: “La bancada del partido “A” es una bancada disciplinada. En consecuencia, el congresista “J” que pertenece a dicha bancada parlamentaria es disciplinado”. Esto no necesariamente es cierto, es probable que el congresista “J” precisamente sea la “oveja negra” de su bancada.
Ejemplo 2: “El actual gabinete ministerial ha tenido grandes logros. El Ministro del Interior pertenece a dicho Gabinete, entonces, él también ha obtenido grandes logros”. Esto es falaz, porque es de público conocimiento que uno de los grandes “talones de Aquiles” de este gobierno ha sido la seguridad ciudadana.

Estos son los casos de falacias no formales identificadas por Copi, a las que nos hallamos expuestos todos los días, tanto por ciertos políticos, por ciertos marketeros, por ciertos rivales empresariales o profesionales, por ciertos superiores jerárquicos, ciertos clientes, ciertos proveedores, etc.; y en los que caemos de tanto en tanto, tal vez con cierta frecuencia. Demás está decir que la realidad sobrepasa a la imaginación y a la teoría.

Ojalá este desarrollo sobre las falacias no formales identificadas por Copi contribuya en algo a estar alertas a las nuevas generaciones.

Lima, 10 de junio de 2010.

NOTA: Como siempre, respeto todos los derechos de autor, tanto de Copi como de las imágenes colgadas. De acuerdo a la Ley de Derechos de Autor peruana, se puede utilizar material de terceros reconociendo sus derechos y siempre que no se haga con fines lucrativos, como ocurre con este blog.

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