Que Mario Vargas Llosa reciba el Premio Nobel de Literatura 2010, es todo un orgullo para nuestro país. Ha sido la noticia más alegre y motivadora que hemos recibido después de la vorágine electoral. Como dice la mayoría de la prensa, Vargas Llosa era el "eterno candidato", que fue -y creo que muchos opinarán como yo- inmerecidamente no galardonado en años anteriores. Se ha especulado mucho acerca de factores y presiones políticas y/o ideológicas que lo habrían dejado siempre ad portas, y se rumorea también que, tal vez su posición liberal era la causa de este olvido de la Academia Sueca.
Pero la ya superada negativa al Nobel puede tener orígenes más "humanos". Una evidencia de ello son las declaraciones del novelista y ensayista argentino Alan Pauls, quien comentó que "es un premio que me deja completamente indiferente" añadiendo además que el Nobel "premia una personalidad literaria más que una obra", remarcando que "muchos que lo merecían no lo recibieron, y muchos que lo recibieron no lo merecían" (véase el portal Web de El Mercurio de Valaparaíso). Asimismo, la escritora y periodista argentina Luisa Valenzuela exclamó en la Feria del Libro de Frankfurt “¡Qué patético!”, añadiendo que hubiera preferido que se premiara al mexicano Carlos Fuentes (véase la web de la Deutsche Welle).
Ahora bien, reitero que para mí, fue una inesperada y vigorizante alegría conocer la noticia. Pero, mi gran alegría fue superada por una más grande -y no tan grata- sorpresa: Revisando las noticias sobre el tema en la web, descubrí comentarios de varios compatriotas peruanos, que lejos de enorgullecerse con el galardón a nuestro escritor, lo descalificaban desmedidamente.
Todas las críticas se resumen en lo siguiente: Tras perder las elecciones presidenciales en 1990 contra Alberto Fujimori, Vargas Llosa habría renunciado a la nacionalidad peruana por puro resentimiento, y por eso se habría hecho ciudadano español.
Una vez más, me enfrento a otra deformación de nuestra historia reciente. Lo que más me frustra es que muchas personas repiten este estribillo "porque alguien más lo dijo", lo que debe alegrar sobremanera al Gobierno de Hugo Chávez el cual también utilizó el mencionado argumento para descalificarlo "moralmente" cuando nuestro escritor viajó en mayo de 2009, invitado a un evento académico, ocasión en la que incluso fue detenido por la policía venezolana por algunas horas.
Por eso, me parece sumamente propicia la ocasión para efectuar un justo desagravio a Vargas Llosa, lo que sólo puedo lograr exponiendo la verdad. Una verdad que parece haber sido olvidada por muchos, o que no quiere ser recordada, o que simplemente no fue ni pudo ser conocida por los más jóvenes. Así que, vamos por partes:
a. En primer lugar, para tener la ciudadanía española, Vargas Llosa NO renunció a la nacionalidad peruana. Quienes tenemos familiares en el extranjero (porque migraron en los duros 80s y 90s) y específicamente en España, saben a lo que me refiero. Nuestros familiares adquirieron la nacionalidad española, lo que les permite una serie de beneficios y ventajas laborales, tributarias, educativas, etc. tanto a ellos como a sus hijos, ventajas y beneficios que no son conferidos a los extranjeros. Luego, siendo peruanos, son además ciudadanos españoles, por lo que el hecho de tener doble nacionalidad no es algo malo per se.
b. En el caso específico de Mario Vargas Llosa, NO ES VERDAD que, al perder las elecciones, se resintió y se fue a España para hacerse ciudadano español. Hagamos un poco de memoria (por favor): Como ya indiqué, las elecciones en las que Vargas Llosa perdió fueron en la primera mitad del año 1990. Luego, vendría el Shock Económico de agosto de 1991. Seguidamente, tuvo lugar el Autogolpe de Fujimori del 05 de abril de 1992. A raíz de esta situación, muchos intelectuales (en especial Vargas Llosa) expresaron su permanente rechazo y exhortaron por el retorno a la democracia. Vargas Llosa recién obtuvo la nacionalidad española en 1993.
c. Luego de anunciarse la premiación a Mario Vargas Llosa por la Academia Sueca, la prestigiosa agencia de noticias AFP hizo un reportaje que incluye extractos de declaraciones realizadas hoy mismo por el escritor. El reportaje (que desde aprox. las 3 p.m. hora peruana ya está online), entre otras ideas y pasajes de la vida de Vargas Llosa, señala:
"... Esa derrota electoral de 1990 representó para Vargas Llosa un punto de quiebre con Perú, del cual se alejaría forzado por una implacable campaña lanzada por el gobierno de Alberto Fujimori, que propuso -sin éxito- quitarle la nacionalidad y declararlo "traidor a la patria" por su rechazo al autogolpe de Fujimori en 1992. Es en ese contexto que el escritor opta por la nacionalidad española y se traslada de Lima a Madrid, desde donde se convertirá en el más duro opositor a Fujimori ante la comunidad internacional. "España me salvó de ser un paria", dijo este jueves el escritor en Nueva York recordando ese episodio".
Esta no es una "justificación armada" o prefabricada, para "limpiar la imagen" de Vargas Llosa, ahora que ganó el Nobel. El mismo Mario Vargas Llosa aludió a ella durante los años 90s. Para muestra, basta un botón: a continuación, podemos apreciar un artículo publicado en calidad de primicia por la Revista Caretas Nº 1477, de 1997, en su columna "Piedra de Toque", artículo titulado "Los Patriotas".
En aquella época, el Gobierno de Fujimori había ya despojado de la nacionalidad peruana a Baruch Ivcher para hacerse del control de Frecuencia Latina. Y ya había intentado quitarle la nacionalidad peruana a Vargas Llosa, intento en el que fracasó. Al leer ese artículo, pareciera que muchas de esas líneas todavía tienen vigencia.
Aunque no sea santo de mi devoción, el ex-presidente Alejandro Toledo, que tuvo la oportunidad de felicitar personalmente a Mario Vargas Llosa hoy mismo, en New York, dijo algo muy cierto: "Más que peruano, Mario Vargas Llosa le pertenece al mundo". Resulta paradójico que Toledo haga tal afirmación, ya que durante su Gobierno, no hubo ningún acto de desagravio al escritor. Pero, aunque tarde, la rectificación siempre es buena.
Por todo lo mencionado, antes de repetir la muletilla de "Vargas Llosa no es peruano, es español", debemos informarnos mejor, tanto del escritor, como de nuestra historia reciente, nuestra historia de los últimos 30 años, y poner los hechos en su contexto real.
Hoy día, Vargas Llosa ha señalado que es peruano, que él es el Perú. Y también añadió que no puede dejar de agradecer y mencionar a España, porque fue el primer país en el que tuvo la oportunidad de hacer sus primeras publicaciones. Esto último también debe hacernos reflexionar. Ya no sólo se trata de Kina Malpartida que tuvo que encontrar las condiciones adecuadas para ser campeona mundial de Box, fuera del Perú, y lo mismo podemos decir de Juan Diego Flores, nuestro mundialmente famoso tenor.
Vargas Llosa nació en Arequipa, vivió su infancia en Bolivia, se estableció en Barranco, vivió en Madrid luego de las elecciones de 1990, se estableció en Londres, retornó a Lima y a su entrañable Barranco, y ahora ha asumido una cátedra en New York. Para su última novela, que le ha valido el celebrado Nobel, tuvo que viajar y pasar tiempo en el Congo, en la selva peruana y en Irlanda. Pasó de defender las ideas revolucionarias de la Revolución Cubana, a ser el más equilibrado y lúcido representante de las ideas libertarias en el mundo, demostrando su capacidad de aprender por ensayo/error, de repensarse. Pasó de intentar una aventura política presidencial a asumir un rol político más activo y "laico", y menos condicionado a alcanzar los estamentos gubernamentales. Y es uno de los más devotos hinchas de Universitario de Deportes, declarando que su ídolo de todos los tiempos siempre será en legendario Lolo Fernández.
Vargas Llosa no sólo es nuestro más grande escritor, es un ciudadano del mundo, un individuo que se reconoce como tal, un ejemplo para las nuevas generaciones. Y, claro, es además nuestro embajador cultural ante el mundo. Felicitémonos por eso.
Lima, 07 de setiembre de 2010.
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