Tras concluir los 2 años de Estudios Generales en la PUCP, en 1990 inicié los ciclos de Carrera en la Facultad de Derecho. Como muchos, el ritual de las primeras semanas era comprar tus primeros Códigos, y textos compilatorios de leyes, además de los materiales de enseñanza.
Escoger las ediciones adecuadas se volvía una obsesión para algunos, otros simplemente buscábamos una edición pequeña y sencilla, que no nos hiciera mucho bulto en la mochila, y que sería sumillada, anotada y concordada por uno mismo conforme lleváramos los cursos, leyéramos bibliografía o nos surgiera alguna idea en las tertulias de estudio en la Cafetería Central.
Todavía estaba vigente el antiquísimo Código de Procedimientos Civiles de 1912. Faltando un año para terminar la carrera, aparecería el actual Código Procesal Civil de 1993, que es el único que han estudiado y conocido las nuevas generaciones.
Si bien como indiqué, los criterios para escoger una edición de algún Código (Civil, de Comercio, etc.) podían ser diversos, cuando se trataba del Código de Procedimientos Civiles de 1912, había un consenso: la ahora legendaria edición pequeña y de bolsillo de color verde, cuya editorial no recuerdo y que tal vez -no podría precisarlo- tenía como recopilador a Luis Escudero. Debo tener esa reliquia en uno de mis "Baúles de Recuerdos" (esos que no son de madera, sino de cartón, y que dicen "Panasonic" o "Samsung" en algún lado). Esa edición era OBLIGATORIA para todo estudiante de Derecho Procesal Civil.
Uno de los méritos de dicha edición era que en primera hoja contenía un también legendario texto: "Los Mandamientos del Abogado", del jurista Eduardo Juan Couture, profesor uruguayo fallecido en 1956. El texto era un clásico para los de mi generación. No obstante, ya entrado en vigencia el nuevo Código Procesal Civil de 1993, las editoriales perdieron esa sana costumbre y creo -salvo que alguien me corrija- ya no hay edición que lo transcriba.
Eso no me preocuparía, si no fuera porque, concluyendo el dictado algún ciclo en UPC, hace algunos años, varios alumnos -sino todos- me indicaron que no sabían quién era Couture, ni conocían su famoso texto. A dicha promoción, les remití por correo el documento y espero que al menos esas 20 personas lo recuerden. Ahora bien, los practicantes que llegan al Estudio (de diferentes universidades) me comentan que tampoco han escuchado hablar de los "Mandamientos", lo que ya me ha generado, además de preocupación, inquietud.
Así que, antes de que desaparezca en el olvido definitivo, siento el deber moral de transcribirlo. Y dice así:
LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO, por el Maestro Eduardo J. Couture
1. ESTUDIA: El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
2. PIENSA: El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3. TRABAJA: La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
4. LUCHA: Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
5. SÉ LEAL: Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices, y que, en cuanto a derecho, alguna vez que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.
6. TOLERA: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
7. TEN PACIENCIA: El tiempo se venga de las cosas que hacen sin su colaboración.
8. TEN FE: Ten fe en el Derecho, con el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como sustitutivo bondadoso en la justicia, y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho ni Justicia, ni Paz.
9. OLVIDA: La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fuera cargada tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10. AMA A TU PROFESIÓN: Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
Todos son igualmente importantes, aunque confieso que mi favorito es el octavo. El texto va dedicado a las nuevas generaciones tanto de estudiantes como de egresados y graduados, espero lo puedan leer de tanto en tanto.
Lima, 11 de diciembre de 2010.
¡Cuantos recuerdos me han traído los "Mandamientos de Couture" en ese Código de Procedimientos Civiles de color verde que usábamos en las clases de Lorenzo Zolezzi!
ResponderEliminarMi poca (o nula) vocación de jurista hace que el mandamiento en el que mas peque sea el Décimo (cuando un Acólito de San Pedro supo que yo era abogado, le dije, en broma, que no le recomendaba eso).
Con todo esos mandamientos encierran una gran sabiduría que corre el peligro de perderse.
Es lamentable que muchos estudiantes de derecho e incluso colegas, no conozcan obras como las de Couture, de tanta vigencia, aun en la actualidad, no solo los Mandamientos, tambien sus Fundamentos, su Vocabulario Juridico, bien por Ud. colega que se encargo de darles a conocer los "Mandamientos del Abogado" ojala y eso, les despierte la curisiodad por buscar otras obras de Couture y otros grandes maestros del derecho. Un saludo desde Caracas, Venezuela
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